Escándalo en la Universidad de Miami: Booster's Football Sex Parties, Gifts

El escándalo de la Universidad de Miami puede ser uno de los más grandes en el fútbol universitario en la historia reciente. El ex impulsor Nevin Shapiro afirma que le dio a docenas de jugadores de fútbol americano de la UM obsequios ilegales y apoyo financiero, incluida la organización de lujosas fiestas sexuales en hoteles de South Beach y en su yate, dinero en efectivo, joyas y productos electrónicos.

Algunos pueden cuestionar la credibilidad de Shapiro. Gran parte de la información que Shapiro comparte con la prensa proviene de una entrevista en la cárcel, ya que actualmente cumple una sentencia de 20 años por un esquema Ponzi de $ 930 millones .

Pero, como un hombre al que no le queda mucho que perder, tal vez se corrobore la historia de Shapiro. Y, si crees en su historia, el escándalo de la Universidad de Miami podría ser la madre de todos los escándalos.

Tomemos, por ejemplo, el escándalo más reciente (y más moderado) de la USC. Reggie Bush, de la Universidad del Sur de California, apareció en los titulares cuando la NCAA investigó el programa y sancionó al fútbol americano de la USC con una suspensión de dos años, todo porque la USC supuestamente hizo pagos ilegales a la familia de Bush, según The Daily Mail.

Compare eso con las afirmaciones de Shapiro, que parecen mucho más extravagantes. Las fiestas sexuales en un yate son solo la punta del iceberg, al parecer. Shapiro también dice que ayudó a pagar un aborto después de que un jugador de UM dejara embarazada accidentalmente a una stripper, informa The Daily Mail .

Tal vez la pregunta ahora debería pasar a lo que sabían o deberían haber sabido los funcionarios de la UM. (Shapiro afirma que también proporcionó dinero en efectivo al personal de UM). Y qué tipo de castigo podría aplicar la NCAA a los deportes de UM.

¿Recibirá el fútbol de la UM la "pena de muerte"? Si bien eso sería un paso drástico, es algo que la NCAA podría considerar, especialmente debido a la naturaleza explosiva del escándalo de la Universidad de Miami. Como estafador convicto, las palabras de Nevin Shapiro pueden no tener mucho peso, pero ciertamente son suficientes para despertar la curiosidad sobre lo que sucede a puertas cerradas en muchas de nuestras queridas instituciones deportivas.